La complejidad tecnológica de los sistemas robóticos conlleva que aquellas empresas que quieren proteger sus innovaciones opten por la vía de los secretos comerciales en primera instancia. Ello tiene sentido por varias razones:
- Existen pocas personas con la pericia necesaria para aplicar procesos de ingeniería inversa en sistemas tan complejos como los de un robot.
- Resulta muy complejo acceder a los robots más caros, haciendo casi imposible la ingeniería inversa.
- Muchas pequeñas empresas quieren evitar el coste que entraña el presentar solicitudes de patente.
- En el pasado, aquellas empresas que deseaban proteger sus avances tecnológicos mediante patente (sobre todo aquellos que han usado productos comercializables), gastaron grandes cantidades de dinero en patentes pero apenas obtuvieron beneficios, ya que llegado el momento de la comercialización las patentes ya habían vencido.
- La movilidad laboral en el sector de la robótica es elevada, así que muchas empresas hacen valer cláusulas restrictivas cuando sus trabajadores son contratados por la competencia.
- La incertidumbre que rodea la patentabilidad de los programas informáticos en las distintas jurisdicciones puede decantar aún más la balanza a favor de la protección en el marco de los secretos comerciales.
Junto con las patentes, los diseños industriales que protegen la apariencia de un robot (su forma y figura) también desempeñan un papel importante, al mejorar la capacidad de comercialización de los productos y ayudar a las empresas a garantizar el rendimiento de sus inversiones en I+D.
Ser el primero en llegar al mercado, un servicio de atención al cliente de calidad, la reputación y la imagen de marca ha contribuido decisivamente al éxito de la innovación robótica en el pasado y siguen haciéndolo a día de hoy, sobre todo a medida que la industria se centra en desarrollar aplicaciones con un contacto directo con el consumidor. Contar con una marca potente adquiere especial importancia al vender directamente al usuario final. Es por ello que la mayoría de empresas de robótica registran como marcas sus propios nombres y los de sus robots.
El derecho de autor, la manera tradicional de proteger el código informático, es también importante en el campo de la robótica